Anoche La Montaña Mágica quiso expresar su gran potencial en la encantadora ciudad de Covilhã. Tras un día marcado por la lluvia y el frío de la noche anterior, la noche quiso incrementar su misterio gracias a la presencia de una intensa niebla que en un principio parecía querer confundirse con la llovizna. Así, con estos fenómenos meteorológicos, y las mojadas paredes de piedra de los edificios y la propia montaña, la bella localidad portuguesa se prestaba a dar rienda suelta a la imaginación. Esas viejas calles, en algunos lugares rotas por el tiempo, pero de ruinas perennes debido a la nobleza de unos materiales resistentes pero no más que el inevitable avance hacia el futuro hacen volar los pensamientos e incluso sentimientos y otra serie de sensaciones producidas por la vejez, el semiabandono, quizá la perpetuidad y porque no, el misterio, que también se puede tornar en algo percibido por quien se enfrenta a cuestiones sin posible o probable respuesta.
Sirva destacar que aquí se utiliza la bonita denominación de Montaña Mágica, debido al encuentro internacional sobre arte y paisaje de montaña que se ha dado en Covilhã, bajo esta denominación, promovida por la Universidad de la Beira Interior.
Sirva destacar que aquí se utiliza la bonita denominación de Montaña Mágica, debido al encuentro internacional sobre arte y paisaje de montaña que se ha dado en Covilhã, bajo esta denominación, promovida por la Universidad de la Beira Interior.
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