Covilhã tiene un especial cuidado en las despedidas de sus vecinos. O al menos eso me pareció tras visitar su camposanto. Quedé asombrado al entrar y encontrarme con tantos panteones tallados delicadamente en piedra envejecida. El lugar es especial por su situación, en un alto en el que el fondo es un paisaje montañoso. Tiene varios pisos y en el primero de todos parece que se concentran los más destacados espacios de reposo para la eternidad. Entre ellos hay dos superficies que destacan, que son el Talhao dos combatentes y el Talhao dos bombeiros voluntarios da Covilhã. Parece que fueron personas que dedicaron sus esfuerzos a proteger o garantizar la seguridad de los ciudadanos. No puedo decir mucho más, sólo suponer, como creo que puede datar del año 1881, tal y como reza en la segunda puerta principal al recinto, pues antes hay otra gran puerta de acceso.
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